martes, 12 de agosto de 2014

LUCCA

La presión de la cabeza era sobrehumana, las ganas de empujar tremendas y de ver a mi pequeño inmensas, todo el esfuerzo tocaba su fin. 9 meses pereparandome para este momento. Tanto tiempo imaginándolo, pensando en como seria y allí estaba, en una camilla, con una luz como la de los dentistas y todo el mundo de verde, no reconoci a la matrona hasta pasado un rato la verdad. Me pedia por favor que empujase solo cuando ella me lo dijese, cosa que era una salvajada, por que el cuerpo me pedia empujar y empujar sin parar. Perdi la nocion del tiempo, gritaba sin parar para aliviar la presión. 

Y de pronto…ahí estaba EL…ahora sé lo que es amor a primera vista, llorando sin parar como si me contara todo lo que le había pasado, temblando, guapo como el solo…y de pronto ceso de llorar para escuchar mi voz, sentir mi calor, es la sensación mas increíble que una mujer puede sentir, un angel bajado del cielo para darme la felicidad mas absoluta. Una calma inmensa…entonces solo estábamos los dos.

La placenta no la sentí, la episiotomía tampoco, los puntos son otra historia…V no entro por recomendación medica, estaba muy nervioso, y el me lo pregunto entre nervios y ataque de histeria, le dije que se tranquilizase y que entrase cuando ya todo hubiera pasado, cuando todavía estaba echando la placenta (que el la vio y yo me quede con las ganas…) paso y entonces si que fue el momento mas especial que puede vivir una mujer con su pareja. Una unión increíble, por fin eramos una familia.

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